20 de septiembre de 2012

Sí, todavía te quiero...

Por muchos meses que pasen te seguiré queriendo, puede que no con la misma intensidad en que lo hacía antes, pero lo seguiré haciendo. ¿Sabes por qué? Porque todavía me importas, todavía siento hacia ti ese sentimiento al que llaman 'amor'. Fuiste lo más importante que tuve en ese corto, pero intenso periodo, y eso no es fácil de olvidar. He estado con varios, pero lo que tuvimos nosotros dos fue algo especial. Nos conocimos, empezamos a hablar y, al cabo de un par de meses, acabamos sintiendo algo más que amistad. Fuiste la primera persona a la quise y acabé amando tanto como para fugarme contigo, cosa que dijimos unas cuantas veces, pero no nos atrevimos a hacerlo.
Y ahora, estamos en un nuevo curso, con nuevos compañeros de clase y, por suerte, desgracia o destino, como quieras llamarlo, estamos en la misma clase. Más concretamente, tú sentado en la mesa de delante y yo en la de atrás. No es que me hables mucho, casi nada la verdad, pero me miras, bastante. No soporto que me mires tanto y no me hables, en serio. No se me da bien interpretar las miradas de la gente, ojalá supiera, así podría interpretar la tuya. Es un misterio. Todo en ti es un misterio. Ahora vas diciendo de que el amor es una ilusión que de tanto imaginarlo te lo acabas creyendo y reaccionas según los cánones que la sociedad impone. Y ahora pregunto yo: ¿lo que sentiste por mi fue real o imaginación tuya? Quiero creer que fue real, no quiero rayarme como tantos días he hecho. Es más, ¿sabes lo que creo? Creo que todavía sigues sintiendo algo por mi y que para distraer a la gente o a ti, dices esas cosas, para intentar convencerte a ti mismo de que lo que sientes hacia mi no es más que los restos que sentiste y que crees no sentir ya por mi. Pero sabes que no puedes, porque, a pesar de todo, sigues queriéndome. Recuerdas todos esos días en los que estábamos juntos, en tu casa, en la mía, en un parque, en el bar, con amigos o los dos solos. Recuerdas todas las palabras que nos decíamos. Seguramente, seguirás teniendo las cartas que te di y que leerás varias veces. Y, también, verás las pocas fotos que tenemos de los dos y recordarás ese momento en el que las hicimos.
Esos, son momentos que siempre estarán en nuestro corazón. Porque, cada vez que amas de verdad a alguien, se te queda grabado en el corazón.
Es prácticamente imposible que leas esto (puesto que no sabes que escribo aquí, ni te lo he pasado ni pasaré), pero, si alguien lo lee y pasa por algo parecido, en plan de querer a alguien, pensar que también le gustas, díselo, porque quizá, esa persona pueda darte algunos de los momentos más felices de tu vida.

1 comentario: